Vuelto a Francia, el mismo rey emprendió la llamada VIII Cruzada (1269) contra Túnez, aunque en realidad era un peón en los intereses de su hermano Carlos de Anjou rey de Nápoles, que quería evitar la competencia de los mercaderes tunecinos. La peste acabó con el rey Luis y gran parte de su ejército en Túnez (1270).
